Al caminar por uno de los condados con los barrios más diversos de Estados Unidos, con importante presencia Latinoamericana, en la esquina de la Ave. Roosevelt y la calle 102, en Corona, encontramos un restaurante con un nombre muy especial, relacionado a la historia milenaria del continente americano y a la producción literario-musical de nuestros autores y compositores.
VASIJA DE BARRO
Es el nombre del restaurante de uno de los empresarios latinos más prestigioso, respetado y un verdadero pionero en la industria de los restaurantes latinos en Nueva York y de la importación de productos tradicionales, Don Héctor Burgos, oriundo de la la ciudad de Manta, uno de los puertos del Pacífico con gran riqueza arqueológica, reconocido como la cuna de la mejor comida de mar de Ecuador y Sudamérica, en la provincia de Manabí, donde se saborea el mejor ceviche de langosta del mundo.
Además de Vasija de Barro, las empresas del Sr. Burgos incluyen la importadora de productos latinos y su mini-mercado Casa América y la picantería Café con Leche, todos en la esquina de Roosevelt y calle 102, a una cuadra de la parada 103 Corona del Tren 7 en Queens.
COCINA TRADICIONAL
Vasija de Barro presenta los platos más emblemáticos de la cocina tradicional ecuatoriana y de sus cuatro regiones naturales: Galápagos, Costa, Sierra y Amazonía. Toda la variedad de ceviches, incluyendo el de Concha Negra, platos preparados con diferentes tipos de plátanos, -producto del cual Ecuador llegó a ser el mayor productor y exportador a nivel mundial-, todas las variedades de maíz en platos como el Morocho caliente, Ayacas, Mote, Choclo-Mote, Empanadas de Morocho, chulpi tostado, choclo con habas, etc., etc, etc. y todos los platos nacionales como la Guatita, el Encebollado, el Seco de Chivo, el Honrado, Caldo de Pata, Caldo de Bola, Caldo de Manguera, el ancestral Yaguarlocro, entre una lista poderosa de platos populares que se encuentran en el restaurante Vasija de Barro de Don Héctor Burgos.
SIGNIFICADO IMPORTANTE
Vasija de Barro es un nombre importante que rebasa conceptos. Si bien la vasija de barro es un elemento simbólico de la cocina ancestral, en Andinoamérica tiene un significado muy especial, que no se limita a su uso para almacenar, preparar y servir los alimentos, incluyendo alimentos vinculados a rituales como la chicha, la colada morada y la fanesca, que se sirven con sazón exquisita en Vasija de Barro. Este implemento culinario es parte del Patrimonio Cultural Andinoamericano, vinculado a las concepciones sobre la vida después de la muerte.
LA CANCIÓN
El restaurante exalta el nombre de una de las canciones emblema del pentagrama ecuatoriano, verdadero monumento musical que honra las tradiciones ancestrales de Andinoamérica, es cantada e interpretada por músicos de todo el mundo. Esta canción ecuatoriana hace referencia a costumbres milenarias. Fue escrita en 1950 en la ciudad de Quito, durante una reunión bohemia en la casa del pintor Oswaldo Guayasamín, por un grupo de intelectuales que se inspiraron en uno de sus cuadros del artista.
AUTORES Y COMPOSITORES
Los versos que conforman la letra de Vasija de Barro fueron los poetas Jorge Carrera Andrade, Jorge Enrique Adoum, Hugo Alemán y el escultor Jaime Valencia. Los compositores de la música son Gonzalo Benítez y Luis Alberto “Potolo” Valencia, del Dúo Benitez y Valencia, quienes se encontraban en la reunión y escribieron la música en uno de los ritmos tradicionales propios de Ecuador, el danzante.
VASIJA DE BARRO
(Danzante Ecuatoriano, Quito 1950)
Yo quiero que a mí me entierren, como a mis antepasados,
en el vientre oscuro y fresco de una vasija de barro.
Cuando la vida se pierda, tras de una cortina de años
vivirán a flor del tiempo amores y desengaños.
Arcilla cocida y dura, alma de verdes collados,
barro y sangre de mis hombres, Sol de mis antepasados.
De ti nací y a ti vuelvo, arcilla vaso de barro
con mi muerte vuelvo a ti, a tu polvo enamorado.
VASIJAS PREHISPÁNICAS
La vasija de barro en la época prehispánica simbolizaba el útero materno, en el cual el ser humano, después de cumplir el ciclo vital, se colocaba en posición fetal para retorna al vientre de la Pachamama o Madre Tierra. En los países andinos particularmente en Ecuador, cuna del Sol, Dios de las culturas prehispánicas de todo el continente, se encuentran enterramientos arqueológicos en grandes vasijas de barro, colocadas una sobre otras, las cuales contienen el “ajuar funerario”, que incluye las posesiones y alimentos favoritos del difunto.
Pero como dice el refrán: “Ríe, come y bebe, que la vida es breve”, antes del enterramiento nos deleitamos con los exquisitos platos que ofrece el Restaurante Vasija de Barro y además de nutrir el cuerpo, nutrimos el alma y las raíces escuchando la canción Vasija de Barro, en la voz de interpretes de Argentina, Colombia, Bolivia y México.
Versión original de la canción Vasija de Barro interpretada por los compositores de su música, el dúo Benitez y Valencia.
Una versión de la canción ecuatoriana Vasija de Barro de artista argentino Atahualpa Yupanqui.
Versión Boliviana de la canción ecuatoriana Vasija de Barro, cantada en Francia por Kalamarca.
Versión de la Vasija de Barro dell famoso grupo chileno Inti Illimani
Versión de Vasija de Barro de Claudia de Colombia.
Versión de Vasija de Barro del artista mexicano Antonio Aguilar.
Versión de Los Calchakis grupo de música folclórica andina fundado en Francia por músicos argentinos (1961) de la mano del bonaerense Héctor Miranda y su esposa Ana María Miranda.
La tradición de recordar a los difuntos es una celebración panamericana originaria de las culturas aborígenes de América, a las cuales rinde homenaje la canción Vasija de Barro, que hermana a las naciones del continente y del mundo.
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