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Foto del escritorXIMENA HIDALGO-AYALA

THANKSGIVING, AN AMERICAN TRADITION

Por Ximena Hidalgo Ayala

Historiadora, Fundadora y Directora Ejecutiva del Comité Internacional Galo Plaza Inc. y su network para rescatar y promover la historia de los latinoamericanos en Nueva York, XHA CLUB.


Como desde hace doce años, cuando publicamos por primera vez esta nota en un periódico peruano de Nueva York, continuamos nuestra labor de educar sobre el verdadero origen de esta celebración y los ingredientes de la cena tradicional, que permiten comprender mejor las raíces de nuestra identidad.

Arreglo de mesa con ingredientes de la Cena de Thanksgiving sobre implementos bordados a mano de Bien Abye de la diseñadora Haitiano-americana Dayanne Danier

El Día de Acción de Gracias es sin duda la mayor celebración moderna de Estados Unidos, que unifica a toda su población, independientemente de su origen, religión, ideología, nivel académico, social o económico y su origen está en las tradiciones de los nativo-americanos y en sus productos.

TRADICION ANCESTRAL

A lo largo de la historia de la humanidad, la mayoría de pueblos han expresado gratitud a sus divinidades a través de diferentes ritos y el Día de Acción de Gracias no es la excepción. Si revisamos las raíces histórico-culturales de esta celebración, descubriremos que en esta parte, -como en el resto del continente americano-, las culturas nativas poseían una rica tradición para agradecer a la naturaleza, relacionada con los ciclos de la siembra y la cosecha, mucho antes del arribo de los europeos. Los pueblos nativos organizaban grandes ceremonias en honor de los espíritus o energías de la naturaleza en una celebración que duraba doce días, que era la celebración más importante para dar gracias por la cosecha y pedir bendiciones y protección para el siguiente año.

HUYENDO DE LA PERSECUSIÓN

Los nativos de América compartieron sus conocimientos sobre agricultura y otras técnicas de subsistencia con los inmigrantes europeos que huyeron de la persecución religiosa iniciada por los sucesores de la Reina Elizabeth, James I (1603-1625) y su hijo Charles I (1625-1649) de la Casa de los Estuardo. Cientos de inmigrantes europeos que cruzaron el Atlántico perecieran ante la rudeza del clima americano, como lo registra la historia sobre Jamestown, el primer asentamiento inglés en América. Posteriormente otro grupo de puritanos, a quienes se les conocía como separatistas porque procuraban la separación de la iglesia de Inglaterra, que fueron expulsados de su país y emigraron inicialmente a Holanda, emigraron nuevamente a América ayudados por mercaderes londinenses.

Squanto en su primer encuentro con comerciantes europeos.

SQUANTO LIDER AMERICANO

Un total de 108 inmigrantes ingleses, hombres y mujeres, partieron rumbo a Virginia en el navío Mayflower en septiembre de 1620, arribaron a la altura del Cabo Cod. En el primer invierno la mitad del grupo, -que no estaba preparado-, murió por enfermedades o desnutrición, los peregrinos sobrevivientes fueron auxiliados entre otros por Squanto, un líder nativo americano de la tribu de los Patuxet (gente de las cascadas) que hablaba inglés, porque después de ser secuestrado con otros veinte nativos por el capitán Thomas Hunt y llevado a España en 1614, fue vendido como esclavo en Málaga, pero logró su libertad y retornó a América en 1619 con el inglés Thomas Dermer, para hallar que toda su familia había muerto por la plaga europea. Entró en contacto con los Nemasket y los Pokanoket, que le apresaron por servir de traductor a los ingleses, quienes continuaban secuestrando nativos.

UN ACTO DE COMPASIÓN

Samoset, uno de los jefes de la tribu Pemaquid, fue el primero en entablar contacto con los sobrevivientes ingleses en Plymouth el 16 de marzo de 1621 y estableció la paz. Samoset llevó a Squanto como traductor a Plymouth, establecido sobre lo que un día fue Patuxet, el poblado original de Squanto en Massachusetts. Squanto y los nativos educaron a los inmigrantes europeos a cómo sobrevivir, les enseñaron a sembrar juntas las semillas de maíz, fréjol y calabaza, compartieron no solo las semillas de aquellos productos de la madre tierra (Pachamama) que aprendieron a producir en largos procesos de domesticación, entre otras cosas les enseñaron a pescar y sembrar; además compartieron con los inmigrantes europeos su ancestral tradición de “dar gracias” con una celebración que incluía los principales ingredientes de su dieta.


Con nativo-americanos de ascendencia Taína en la Montaña del Oso (2011)

HERENCIA NATIVO-AMERICANA

Es de los nativo americanos de quienes hemos heredado esta hermosa tradición de dar gracias a la divinidad con una suculenta comida, cuyos ingredientes son autóctonos de esta vasta tierra llamada América. Los nativo-americanos todavía se encuentran en este territorio, así por ejemplo en Paterson, Estado de Nueva Jersey, la población nativo-americana incluye a las tribus Sand Hill Band, Munsee (Minsi) Ketoowah y Ramapough. En Passaic además se incluyen los Cherokee. Todos los países de América tienen poblaciones nativas. En Estados Unidos las reservas indígenas tienen estatus de “soberanas” estando sus leyes y gobiernos tribales por encima de las normativas municipales y leyes estatales y solo por debajo de las leyes federales y la Constitución, estableciendo una relación de “gobierno a gobierno”. Las naciones nativas obtuvieron el reconocimiento de la ciudadanía estadounidense en 1924. A finales de los años 60 se les concedió el derecho a votar y por orden ejecutiva del 13 de Agosto de 1978 obtuvieron la libertad de religión.

MENÚ AMERICANO

Los ingredientes de la cena tradicional de Acción de Gracias no provienen de otras partes del mundo, son originarios de los pueblos nativos de América del Norte, Centro y Sur que fueron dedicados cultivadores y durante miles de años desarrollaron no solo las técnicas de la agricultura, sino que domesticaron las plantas para que se reproduzcan en ciclos regulares, vinculados al movimiento de los astros. Sin el trabajo de los nativos de América no sería posible que la cena de “Thanksgiving” tenga maíz, torta de picanas, salsa de arándanos (cranberries), ni pastel de calabaza (zapallo). Tampoco habrían acaramelados camotes y tampoco disfrutaríamos del principal invitado de la celebración, el pavo. Todos ellos son productos nativos de este continente.

El pavo o "Ave enjoyada" de los grupos aborígenes del continente americano.

El pavo ha sido un símbolo de agradecimiento mucho antes de la primera celebración por la cosecha de los nativo-americanos quienes la compartieron con los inmigrantes ingleses en Plymouth en 1621.

EL PAVO, AVE AMERICANA

La crianza y consumo del pavo, animal originario de América, constituía, junto al lobo, el oso y la tortuga, uno de los totems o símbolos de las grandes tribus o congregaciones nativas asentadas en el territorio comprendido actualmente desde el punto extremo norte de Nueva York (Catskills) hacia el sur por el río Hudson, incluyendo todo el estado de Nueva Jersey, parte de Delawer y la parte sureste de Pennsylvania. Estas tres congregaciones son los Minsi (en el Norte), Unami (en el centro) y los Unalachtigo (en el Sur). Todos descendientes según la leyenda (Wallum Olum) de los trashumantes que atravesaron el Estrecho de Bering y poblaron estos territorios hace más de 12.000 años.

Las tribus Creek todavía practican la “Danza del Pavo” durante su Festival anual del Fuego y utilizan sus plumas. El pavo simboliza el orgullo, la abundancia, la generosidad, la virilidad, la fertilidad, el sacrificio y como tal, fue siempre el invitado de honor a las ceremonias rituales de fertilidad y agradecimiento de las culturas nativas. Para los antiguos aztecas, mayas y toltecas era visto como el “ave enjoyada” y era venerado por su belleza y orgullo. Son animales propios del otoño en donde se expresa toda su virilidad y por lo tanto simbolizan la cosecha, los nuevos comienzos o ciclos.

Panel didáctico en el Museo Nacional del Indio Americano en Manhattan.

Ingredientes de los grupos nativos de América se presentan actualmente en la muestra sobre la cultura Taína en el Museo Nacional del Indio Americano en Manhattan.

INGREDIENTES AMERICANOS

En el curso de miles de años, una gran cantidad de plantas fueron domesticadas, creadas y cultivadas por los nativo-americanos. Se calcula que tres cuartas partes de las cosechas cultivadas en el mundo fueron inicialmente desarrolladas por ellos en América. En muchos casos, crearon especies totalmente nuevas de algunas salvajes, como es el caso del maize creado del zacate salvaje teosinte de los valles del sur de México y norte de Guatemala. La evidencia más antigua de la existencia de la calabaza o zambo data de 7.000 a 5.500 antes de Cristo, encontrada en un sitio arqueológico en Oaxaca.

EQUILIBRIO ALIMENTICIO

El equilibrio es parte fundamental de la cultura ancestral de todos los nativos de América, incluso en las comidas. Mucho antes de que nadie hubiese escuchado de los cuatro grupos de alimentos básicos, los nativos americanos comían una variedad de hortalizas, granos, frutas, frutos secos, aves de corral y peces. Comidas altas en fibra y baja en grasas saturadas, justamente como recomiendan los doctores. Los Nativo Americanos estuvieron adelantados miles de años a su tiempo en nutrición, además de arquitectura, medicina, astronomía, ecología y el arte. Las carnes rojas, las harinas y las frituras llegaron de Europa, incluyendo al cerdo, el chivo, la vaca, los borregos y caballos.

CONTRIBUCIONES A LA DIETA DEL MUNDO

Entre los principales cultivos originarios de América se encuentran: el maíz (choclo), la calabaza (zapallo), la papa, tomate, frijoles, camote o batata, palta o aguacate, maní o cacahuete, cacao, vainilla, piña, yuca o mendioca, ají o chile, achiote, pimienta, oca, zapote, olluco, nopal, tuna, jícama, mamey, pitaya, yerba buena, orégano, estevia, papaya o mamón, guayaba, guaba, amaranto, quinua, chirimoya, guanábana, taxo, babaco, girasol, picanas, toctes, piñón y para uso ceremonial el tabaco, pulqlue, peyote, agave, ayahuasca, coca, yerba mate y otros cultivos como el chicle, algodón, cabuya y caucho, sin contar con un sinnúmero de hierbas con propiedades medicinales y curativas. Este es el aporte de los americanos de América a la humanidad, a quienes debemos recordar cada vez que celebremos “Thanksgiving”.



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