Por Ximena Hidalgo Ayala
Historiadora, Fundadora y Directora Ejecutiva del Comité Internacional Galo Plaza Inc. y su network para rescatar y promover la historia de los latinoamericanos en Nueva York, XHA CLUB.
Cada persona tiene el derecho de celebrar o conmemorar lo que desee y como lo desee, sin embargo, hay tradiciones que al celebrarlas nos acercan a nuestras raíces y Navidad es una de ellas.
Entre los historiadores aún se debate el lugar y fecha de nacimiento de Jesús. Ciertamente no nació en diciembre y probablemente no en Belén, pero el tema no es ese y para mi la celebración de su nacimiento, además de un acto de fe, es una oportunidad de comprender y valorar el impacto de Jesús como uno de los más relevantes personajes de la historia de la humanidad.
Apreciar y valorar el gran simbolismo del nacimiento de un pequeño e indefenso ser humano, en las condiciones más precarias, cuya corta vida cambió la historia del planeta para siempre, es ante todo un mensaje de esperanza, pero a la vez, un compromiso de solidaridad con el planeta y sus habitantes, todas las especies vivas.
Navidad es para mi una oportunidad de reflexionar y lo primero que deseo hacer es agradecer a todos mis amigos, a los miembros de mi network, por creer en mi y en los humildes conocimientos que comparto en este blog y en en este sitio web.
QUE LA ENERGIA CREADORA, A LA CUAL LOS MORTALES LLAMAMOS DIOS, LES BENDIGA, RETRIBUYA CON PROGRESO ESPIRITUAL Y MATERIAL Y LES INSPIRE A CONTINUAR APOYADO Y TRABAJANDO POR IDEALES SUPERIORES.
Lo que no me gusta de Navidad
No me gustan los "cadáveres de árboles" maquillados con luces artificiales,
Prefiero los árboles vivos, con grandes, fuertes y profundas raíces,
aquellos que dan sombra al caminante, que albergan a las aves y a las ardillas.
¿Por qué asesinar a un ser viviente, a veces de casi cien años, para celebrar con su cadáver?
No me gustan los regalos de las grandes tiendas, que malgastan papel y plástico,
Prefiero los gestos sencillos, un poema, un abrazo, un buen apretón de mano y una mirada sincera.
¿Por qué no promocionar a los pequeños artesanos, cuyo trabajo respeta el ambiente y es arte popular?
No me gustan las cenas opulentas, insulto al hambre de miles de niños pobres del planeta,
que como Jesús, no han tenido absolutamente nada al nacer, ni al morir, como los líderes verdaderos que no buscan poder para enriquecerse.
¿Por qué no promover la solidaridad, la austeridad, evitando el desperdicio y el consumo de alimentos sustentables?
No me gustan los atolladeros y el bullicio, la superficialidad de las grandes tiendas,
prefiero el silencio frente a un pesebre, o escuchar una canción navideña, conociendo y agradeciendo a su autor y recordando memorias de infancia.
Para comprender el sentido de la Navidad, deberíamos primero pedir perdón a la Madre Tierra, a la Pachamama, por tanta contaminante y egoísta violencia, por destruir la vida, por toda la basura que se genera con plástico y papel durante estas fechas.
No esperen que me disculpe por pensar en voz alta, es mi derecho expresarlo.
En esta fecha, celebración de la esperanza, del amor que es entrega y de la solidaridad que nos debe hermanar, quiero expresarles mi respeto y aprecio a todos. Les agradezco por estar ahí, muchos también están aquí, en mi corazón y en mis pensamientos.
Les comparto una nota que publiqué hace tres años, sobre EL BURRITO SABANERO, porque no todo es negro, que en esta Navidad se renueve la esperanza de un cambio radical y que la luz venza a las tinieblas.
EL BURRITO SABANERO, LEGADO DE VENEZUELA
Hugo Blanco, compositor venezolano autor del popular tema El Burrito Sabanero, con el arpa, uno de los instrumentos que interpretaba.
Uno de los temas latinoamericanos que hizo furor en Japón fue “Moliendo Café” escrita en 1958 por el compositor venezolano Hugo Blanco, nacido en Caracas el 25 de septiembre de 1940, quien es además el autor de una de las más populares canciones navideñas de toda Latinoamérica como lo es “El Burrito Sabanero”.
Hugo Blanco demostró su afición musical desde niño y fue el creador de un nuevo estilo de música venezolana llamada “la orquídea”, en honor a la flor nacional de Venezuela, el cual fusiona ritmos caribeños con ritmos venezolanos. En los años 60, Hugo Blanco compuso gaitas populares con el también famoso Simón Díaz, autor de la canción Caballo Viejo. Hugo Blanco es fundador del primer grupo de música venezolana, Las Cuatro Monedas y del grupo venezolano, Los Hijos de Ña Carmen. La canción “La vecina” de Hugo Blanco se escuchó en un episodio de la serie de televisión estadounidense Miami Vice. Tiene grabadas innumerables canciones que son parte del legado musical venezolano y Latinoamericano.
HISTORIA DEL BURRITO
El Burrito Sabanero es uno de esos temas que por su ritmo y letra, se identifica con todos los latinoamericanos que lo han acogido como propio, por lo cual es ya patrimonio y parte de la identidad latinoamericana. En esta ocasión rendimos homenaje a su autor quien falleció el 14 de junio de 2015 a los 74 años. El Burrito Sabanero es mucho más que una canción con ritmo, es parte de la infancia de varias generaciones de latinoamericanos y su orígenes se remontan varias décadas atrás, cuando los productores del famoso Topo Giggio, -el muñeco con forma de ratón y acento italiano-, le propusieron al compositor Hugo Blanco escribir varias canciones para incluirlas en un disco de Navidad del ratoncito. El tema nunca fue grabado y Hugo Blanco hizo pública la canción dos más tarde, en 1975, en la voz de Simón Díaz, de quien Blanco era productor y le dirigía sus discos. Un año más tarde la volvió a grabarla con un coro de catorce niños a quienes bautizó como La Rondallita y en esta ocasión la canción se volvió en un éxito rotundo, tanto en Venezuela como en Puerto Rico, en donde Hugo Blanco realizó una gira, llenando el estadio Roberto Clemente.
TESORO LATINOAMERICANO
El Burrito Sabanero lo ha cantado desde Juanes de Colombia hasta Pedro Fernández de México. En México, República Dominicana, Perú, España y hasta Nueva York, El Burrito Sabanero es uno de los temas más queridos de las radiodifusoras, habiendo innumerables versiones cantadas por varios artistas incluido el merenguero Sergio Vargas.
Blanco antes de morir dijo que se sentía satisfecho de que un “hijo” suyo sea parte de la historia de la Navidad. “El Burrito Sabanero me permitió explorar un área desconocida para mí, que era el de la música infantil. Y esta canción es un clásico que seguirá cantándose, porque el público se va renovando siempre. No hay colegio que no la cante, no hay un niño que no se la sepa y cuando a los niños les gusta una canción, la ponen y la ponen, no se cansan nunca”. La voz del niño que canta la versión original corresponde a Ricardo Cuenci.
El Burrito Sabanero o burrito de la sabana, es la canción navideña emblema de Venezuela, cuya sabana de 10.820 kilómetros de extensión, es parte del Parque Nacional Canaima y se extienda hasta la frontera con Brasil y Guyana. El burrito hace alusión a uno de los personajes del tradicional Belén o Pesebre de Navidad, que fue el transporte de María embarazada y luego abrigo del niño Jesús en el frío pesebre.
BURRITO SABANERO (1973)
Letra y Música Hugo Blanco (Venezuela)
Con mi burrito sabanero voy camino de Belén (bis) si me ven, si me ven, voy camino de Belén (bis) Con mi cuatrito voy cantando, mi burrito va tocando (bis) si me ven, si me ven, voy camino de Belén (bis)
El lucerito mañanero ilumina mi sendero, si me ven, si me ven, voy camino de Belén (bis) Tuki tuki tuki tuki, tuki tuki tuki tá, apúrate mi burrito que ya vamos a llegar.
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