Por Ximena Hidalgo Ayala
Historiadora, Fundadora y Directora Ejecutiva del Comité Internacional Galo Plaza Inc. y su network para promover de la historia de los latinoamericanos en la ciudad natal del lider internacional Galo Plaza, Nueva York, XHA CLUB.
En un día histórico para la patria que vio nacer al gran Libertador de cinco naciones americanas, reproduzco una versión actualizada de una nota sobre el Monumento del Libertador Simón Bolívar en Nueva York, como un homenaje a los inmensos aportes del pueblo venezolano a la independencia de Latinoamérica y su presencia en la llamada Capital del Mundo.
SIMÓN BOLÍVAR EN NUEVA YORK
Simón Bolívar, -como muchos latinoamericanos notables-, también visitó Nueva York, en donde se sabe tuvo amoríos con una hermosa estadounidense con la cual estuvo a punto de casarse.
Muy sonadas fueron además las celebraciones del centenario de su natalicio en esta ciudad en 1883, sin embargo la presencia del más grande venezolano de todos los tiempos se perpetúa en Nueva York al inaugurarse el tercer monumento el su honor, el cual ha sido a lo largo de la historia, punto de concentración de varias comunidades latinoamericanas, por diferentes motivos y en diferentes circunstancias, incluyendo cuando ocurrió el conflicto entre Ecuador y Perú en 1981.
La propia inauguración del actual monumento, -el tercero de Bolívar en Nueva York-, es larga. Cabe señalarse que su ubicación actual, no es la ubicación original de este tercer monumento, que fue trasladado, - no sin controversia-, de su lugar inicial en Central Park West.
Bolívar no solo logró la independencia de Venezuela, también la de Colombia, Ecuador, Perú, Panamá y de la nación que honra su nombre, Bolivia, instaurando la república como sistema de gobierno en la región. Al recordar al caraqueño nacido un 24 de julio de 1783, resaltamos también el trabajo de la mujer cuyo talento y persistencia perenizaron su presencia en Nueva York, a través de una escultura que encierra además una historia inspiradora sobre la fortaleza femenina.
Muchos hispano-hablantes oriundos de las repúblicas fundadas por el Libertador Simón Bolívar, seguramente conocen el monumento en su honor que se encuentra en la parte sur del Parque Central en Manhattan. Pero muy pocos saben que la impresionante escultura de quince pies de altura, es obra de una escultora neoyorquina.
Cinco años tardó Sarah "Sally" Welles Farnham en concluir la obra que es considerada como la más importante de su carrera: el Monumento de Simón Bolívar, cuyo trabajo escultórico ganó entre una veintena de competidores, en un concurso abierto a nivel internacional, convocado en 1915 por el gobierno venezolano, después de que dos esculturas de Bolivar fueran rechazadas porque no hacían honor a la grandeza del prócer.
En agosto de 1916 el gobierno de Venezuela entregó el encargó la obra por un valor de $24.000 a Sarah Welles, ganadora del concurso. La escultora, quien había trabajado una obra sobre los Descubridores en la Unión Panamericana en Washington DC (1910) se refirió al Libertador diciendo: “Bolívar siempre fue uno de mis héroes. Siempre estaba en la fuerte corriente, nunca en las aguas estancadas. Él vivió los extremos en las trampas de un príncipe, de ser aclamado por las multitudes en medio de una revolución, salpicado de barro y sudor…”
La artista presentó un diseño basado en una forma ecuestre clásica, un Bolívar victorioso sobre su caballo. La obra fue un triunfo del naturalismo detallado, con trazos estudiados de teatro, el poder del caballo en toda su gloria equina, caminando hacia adelanto y los rasgos fuertes de su noble líder. La base de granito muestra los escudos de las naciones que liberó el estadista, quien entregó toda su fortuna y consagró su vida a la Libertad.
Divorciada y viviendo en una época de prejuicios, Sarah Welles fue responsable del bienestar financiero de sus tres hijos pequeños y a pesar de su dolor personal, su perseverancia la llevó al éxito en la obtención de la comisión más importante de su carrera artística.
VENCIENDO LA ADVERSIDAD
Sara Welles Farham viajó a Venezuela para investigar sobre la patria de Bolivar y su cultura. Su obra es precisa en sus más mínimos detalles, ya que incluso investigó sobre los botones del uniforme del Libertador. Casi de inmediato se encontró con problemas.
Ella recordaría posteriormente: “La vida de Bolívar no fue fácil y en mi estudio seguía habiendo tormento y tensión. El país estaba en guerra. Habían pocos obreros competentes, la cuestión del combustible era más grave y muchos otros materiales esenciales eran imposibles de obtener”.
La guerra interrumpió gran parte de su producción hasta marzo de 1918, cuando rentó un estudio a John Ettl. Ella trabajaba los fines de semana y días festivos para completar su obra, pero en octubre de 1919 Ettl la demandó en la Corte Suprema de Nueva York, alegando que no le pagó $100 de renta. En el juicio se reveló que Ettl la amenazó, pero al final el modelo de su escultura se perdió durante la disputa legal.
Numerosos retrasos obstaculizaron la producción del monumento. La guerra en Europa había dificultado la disponibilidad de trabajadores y del bronce necesario. La versión final del monumento en arcilla fue destruida durante el transcurso del juicio con su arrendador y Sally debió empezarla nuevamente desde cero.
VICTORIA DE LA PERSISTENCIA
A finales de 1920 finalmente terminó e inició la fundición en bronce. El 19 de abril de 1921 el monumento fue inaugurado oficialmente y dedicado ante una multitud de miles de personas en el Central Park de Nueva York, quienes escucharon el discurso principal de parte del 29o Presidente de Estados Unidos, el republicano Warren G. Harding, quien estuvo acompañado de Charles E. Hughs, Secretario de Estado y otros miembros del gabinete.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela Dr. Esteban Gil-Borges con su esposa y sus tres hijos asistió y en su discurso de entrega del monumento a Estados Unidos dijo: “Una mano de mujer ha moldeado esta estatua, una mano de mujer dio forma eterna en bronce a la vida que era un sueño prodigioso de heroísmo, de belleza y de amor. Dando a una mujer el privilegio de la maternidad de la gloria, mi país desea reforzar el significado de este símbolo de amistad”.
La ceremonia de inauguración del monumento a Bolivar fue grandiosa. La comitiva presidencial fue escoltada desde el hotel Waldorf Astoria por soldados y marineros de Estados Unidos y un destacamento de marineros del acorazado brasileño Minas Gerais. En el parque, un escuadrón de la Guardia del Estado de Nueva York disparó el saludo presidencial y las nietas del general venezolano José Antonio Páez, Patricia Páez MacManus, de siete años y su hermana Mariquita Páez MacManus, fueron las encargadas de tirar de las cuerdas para develar la estatua.
Sally Farnham junto a su escultura de Simón Bolivar en el lugar original de su inauguración en Central Park West, en el cual fue colocado en 1921.
Todos los críticos especializados de la época elogiaron la obra, que en su momento fue la única escultura de un héroe realizada por una mujer. El gobierno venezolano concedió a Sarah Wells el más alto honor presentado por el país y le entregó la Orden del Libertador. Sarah Welles murió en Nueva York a los 73 años, el 28 de abril de 1943 y sus restos reposan en Long Island.
Sally Farnham también diseñó una medalla conmemorativa en bronce, de la inauguración del monumento de Simón Bolívar en el Parque Central de Manhattan, la cual exhibió en 1923 en el evento anual de la Academia Nacional de Diseño, en uno de sus lados se lee la frase en castellano: "La Gloria está en ser grande y en servir"
En 1945 cuando se cambia el nombre de Sixth Avenue a "The Avenue of the Americas", se diseñó una nueva plaza en Central Park al frente de la avenida y el 15 de noviembre el New York Times anunció que el Departamento de Estado de los Estados Unidos había aprobado planes para mover el Monumento de Simón Bolívar.
Ante la controversia sobre los gastos que generaba la movilización a la ciudad, el gobierno de Venezuela pagó todo, de tal manera que el 19 de abril de 1951, en otro acto impresionante, se realizó la segunda inauguración del monumento, con un desfile por la Quinta Avenida con 3.000 manifestantes, incluyendo 360 cadetes militares venezolanos, dignatarios estadounidenses, venezolanos y de varios países latinoamericanos, que viajaban en automóviles. Cinco bandas y cientos de niños.
En un acto de justicia con la historia, rendimos homenaje al latinoamericano Libertador de cinco naciones y a la artista estadounidense que lo inmortalizó en Nueva York, a quien su creatividad e indomable voluntad de triunfar en un campo dominado por hombres, la motivó a enfrentar grandes retos de su vida.
Junto a la placa conmemorativa de la visita de Rómulo Gallegos el 7 de julio de 1948 y la placa en el lugar en que residió y falleció la pianista Teresa Carreno, el monumento al Libertador completa la trilogia de los lugares históricos mas importantes de los venezolanos en la ciudad natal de Galo Plaza Lasso, Nueva York.
Galo Plaza, un lider internacional visionario, fue artifice de muchos de estos hechos que registran la presencia latinoamericana en el lugar que lo vio nacer.
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