Por Ximena Hidalgo Ayala
Historiadora, Fundadora y Directora Ejecutiva del Comité Internacional Galo Plaza Inc. y su network de profesionales promotores de la Historia Latina en Nueva York XHA CLUB.
Esta casa, que se ha convertido en guardián de la historia musical de los latinos en Nueva York, se encuentra en el primer gran barrio hispano de Manhattan conocido como el East Harlem, Harlem Hispano o "El Barrio", donde un día estuvo la original "Little Italy" de la ciudad.
Durante mis prospecciones periodísticas por los barrios latinos de la ciudad de Galo Plaza, la calle 116 es una de las zonas que más he cubierto, incluso durante la pandemia. En ella hay varios puntos de interés, uno de ellos es la famosa Casa Latina.
Casa Latina es mucho más que una tienda musical. La han visitado las principales estrellas de la música popular caribeña, como Tito Cruz, uno de sus entrañables amigos y de quien conservan recuerdos únicos y de la propia Celia Cruz, para nombrar a los más celebres de una muy larga lista de famosos artistas.
Muy grato conocer a los propietarios de Casa Latina, punto de encuentro de los amantes de la buena música en español, de quienes comparto una breve historia. Una versión de esta nota publicó en el semanario Impacto, con el título "Casa Latina, preservando la historia musical hispana en Nueva York."
Casa Latina se encuentra sobre la calle 116, entre la Ave. Lexington y Tercera Avenida. Está ubicada entre dos empresas latinas de famosos empresarios, Delgado Travel de Don Héctor Delgado y el restaurante La Chula del Chef Julián Medina, todas estas tres empresas en el lado norte de la calle 116.
DESDE AGOSTO DE 1965
El próximo agosto la tienda musical Casa Latina cumplirá cincuenta y seis años de funcionamiento. Abrió sus puertas en agosto de 1965 en el 151 Este de la calle 116, en el East Harlem de Manhattan, donde permanece como bastión preservando la historia musical hispana en la ciudad.
Vicente Barreiro, originario de Galicia, España y su esposa Christina Barreiro, nacida en Buenos Aires, Argentina, atienden personalmente a los amigos y clientes, - en eso son enfáticos-, reconociendo que si se han mantenido abiertos durante tanto tiempo, ha sido “porque la gente nos han apoyado, como amigos primeramente”.
Casa Latina es mucho más que un negocio de familia, con el paso del tiempo se ha convertido en un referente cultural, porque los objetos que hay en ella, la han convertido en un verdadero archivo de música iberoamericana, un templo para los amantes de la música latina de la época de oro y para los coleccionistas, en un verdadero paraíso.
Las colecciones discográficas que guarda se han convertido en objetos coleccionables, hay discos en diversos formatos, accesorios musicales, instrumentos, videos, libros, afiches de diferentes eventos artísticos latinos que se han realizado en la ciudad, souvenirs, etc., etc., etc.
FUNDADOR ARGENTINO
Como nos cuenta Don Vicente, la tienda musical la abrió su suegro, Don Alfonso Rubio, argentino, de profesión sastre, quien no hablaba inglés por lo cual se le dificultó ejercer la profesión en Nueva York, ya que las cadenas de sastrería requerían el idioma, por lo tanto al emigrar debido comenzar de nuevo y para sostenerse abrió la tienda musical. Don Alfonso había emigrado con su familia, incluyendo a su hija Christina, cuando ella tenía solo ocho años.
En 1966, un año después de abrir la tienda musical, comenzó a trabajar en ella su hijo político Vicente, quien en 1960 había llegado de Galicia y en 1964 conoció a su esposa. Recuerda que cuando comenzó a trabajar en la tienda, se vendía más música de cuerdas, romántica, de tríos, pero también guarachas. Entonces con gran autoridad de conocimiento, comienza a enumerar a las estrellas musicales del momento.
Recuerda que entonces comenzó la moda de las grandes orquestas, con estrellas como Tito Puente. Al preguntarle sobre artistas argentinos cuenta que la música de Gardel se vendía mucho, igualmente Agustin Magaldi, Libertad Lamarque, con orgullo afirma que “en Casa Latina se vendía de todo, incluso música folclórica, pero el merengue tradicional siempre ha sido el fuerte. Otro artista que se vendía mucho era Julio Jaramillo, de Ecuador, fue el que más se vendía”.
Don Vicente nos cuenta además que, “Casa Latina siempre se dedicó a toda música latina, incluyendo todos los ritmos nacionales, -pero sin ánimo de discriminar a nadie-, la comunidad puertorriqueña es única, son muy buena gente, viven para la música, para la alegría, piensan en tener su reunión familiar, eso es lo que se hacía en los tiempos cuando llegué, las reuniones se hacían en las casas particulares, no en centros nocturnos.”
TODO HA CAMBIADO
Casa Latina al declararse el estado de emergencia por el Covid-19, permaneció cerrada casi tres meses y reabrió en junio del 2020, pero Vicente y Christina afirman que “no es lo mismo, cuando indicaron que ya podíamos abrir hubo muchas restricciones y fue muy difícil, porque no podíamos atender a los clientes al interior de la tienda, entonces debíamos sacar las cosas a la puerta.”
A pesar de los retos impuestos por la nueva normalidad, los esposos Barreiro continúan adecuándose a los cambios en el proceso de reapertura, pero creen que nunca va a volver a ser lo mismo. También reconocen que la tecnología les ha afectado mucho y que si bien “mucha gente quiere tener los discos físicamente, ahora también todo lo quieren hacerlo digital”.
Los esposos Barreiro atienden Casa Latina todos los días, de lunes a sábados y actualmente abren de 10 AM a 4PM, nos cuentan que antes cerraban a las 7, porque el barrio ha cambiado, afirman que ya antes de la pandemia el barrio había cambiado y añoran otros tiempos, cuando la mayoría de clientes a quienes les gusta esta música llegaban de fuera, como nos cuentan, “eran turistas, gente de otros estados, incluso del exterior, pero todo eso ha bajado.”
Don Vicente con nostalgia recuerda que: "anteriormente, por la mañana teníamos a las amas de casa, que escuchaban en la radio una canción que les gustaba y venían a buscar el disco para tenerlo y por la tarde, alrededor de las seis, cuando salían del trabajo los esposos, también venían para comprar un disquito y llevárselo a la casa para escucharlo con la esposa y con la familia, pero la ciudad, al igual que la industria musical, han cambiado, el barrio ha cambiado muchísimo”.
Los esposos Barreiro en forma realista, pero sin perder la fé en lo que aman hacer, afirman: “hemos perdido muchos clientes, -no solo por la pandemia-, sobretodo porque se han ido de aquí a otros lugares, como Orlando, Virginia, Pennsylvania y sí, tenemos servicio de envío siempre y cuando sea dentro de Estados Unidos. También estamos en redes sociales, tenemos una cuenta de Facebook, pero no estamos mucho en eso, tenemos website y si alguien desea algo que está en el catálogo en internet, debemos verificar si lo tenemos cuando nos llaman por teléfono.”
La tienda, como desde hace más de medio siglo, expresa no solo la diversidad de la latinidad, además se ha convertido en un centro documental que guarda la historia musical de los iberoamericanos desde hace varias generaciones, esas joyas que para muchos son historia, pero que para la comunidad es referente importante para la preservación y mantenimiento de las raíces musicales de los hispanos.
"Cualquiera sea la nacionalidad, todos pueden venir a Casa Latina porque los vamos a tratar muy bien. Vengan para compartir y apoyarnos mutuamente, para salir todos de esta situación que nos afecta, particularmente a la industria musical, aquí todos son bienvenidos." nos dicen con gran cordialidad los esposos Barreiro.