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Foto del escritorXIMENA HIDALGO-AYALA

CENTRO COMUNITARIO HISPANO

Por Ximena Hidalgo Ayala


Mariana López, trabajadora social, psicoterapeuta, consultora de salud mental, supervisora, y coach, es la fundadora y directora ejecutiva del Centro Comunitario Hispano, una entidad sin fines de lucro, dedicada a educar para reducir la violencia doméstica y el abuso infantil.

Mariana López, fundadora y CEO del Centro Comunitario Hispano (CCH), es una reconocida especialista de salud mental originaria de Limón Indanza - Morona Santiago, en la Amazonía ecuatoriana, desde donde emigró a Estados Unidos a los dieciséis años, para iniciar una exitosa historia en la que ha combinado su rol de madre, con una prestigiosa carrera académica y profesional.


En sus más de veinte años trabajando en salud mental y servicios sociales, su experiencia personal y laboral, le han dado una perspectiva única sobre la dinámica familiar de la comunidad inmigrante en un medio multicultural, que ha adaptado didácticamente para llenar un gran vacío de servicios de salud mental entre los latinos, específicamente para mejorar las relaciones intrafamiliares, evitando la violencia y aprendiendo a manejar la ira, para crecer como individuos, familias y comunidades, a través de la educación, en una agenda especializada del CCH, una entidad sin fines de lucro que ofrece programas de capacitación continua para padres de familia en Woodside y Brooklyn. Además ofrece atención especializada, talleres, conexiones a una red de recursos interinstitucionales y de servicios.


Mariana López, fundadora y CEO del Centro Comunitario Hispano (CCH)

Mariana llegó a Nueva York en 1991 e inició trabajando en una fábrica de ropa, mientras estudiaba cosmetología durante la noche. En 1998 obtuvo la licencia como estilista. Estudió negocios y contabilidad en La Guardia Community College (2002), hasta que descubrió su verdadera vocación, ganó una beca completa y obtuvo su licenciatura en Psicología aplicada de la Universidad de Nueva York (2006); en el 2009 obtuvo su maestría en Trabajo Social en el mismo centro de estudios. 


Psicoterapeuta registrada en el estado de Nueva York, en 2011 se certificó como especialista en manejo de la ira y como Coach Ontológico. Es facilitadora, entrenadora y consultora de los programas de Crianza con Cariño, (Nurturing Parenting). En 2017 estudió Psiquiatría y tratamiento de parejas en Harvard. En el 2018 se certificó como entrenadora del programa a nivel nacional. Posee varios estudios, certificaciones e innumerables reconocimientos.


Es fundadora y CEO de Lifeskills Counseling Services, clínica de salud mental reconocida por ofrecer atención culturalmente sensible. Preside el Concilio #23200 de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), fundadora y CEO de la revista Life Skills.


¿Cuál fue la motivación para establecer el Centro Comunitario Hispano?

- La experiencia personal y profesional, Fui madre a los dieciséis años, tuve mis propios retos para comprender a mis tres hijos, pensaba que no lo estaba haciendo bien, tenía temores. Trabajaba y estudiaba y pensaba que me faltaba tiempo para compartir con mis hijos. Cuando comencé a trabajar profesionalmente con los padres en las escuelas, me di cuenta que todas las madres sentían igual y tenían las mismas preguntas, entonces comprendí que ningún padre nace sabiendo cómo ser padre y tampoco los niños nacen con un manual de instrucciones.


Al buscar soluciones, encontré el curso de Nurturing Parenting y comprendí más la relación entre padres e hijos y al mismo tiempo, -a nivel profesional-, en mi trabajo en la clínica de salud mental en donde, por ejemplo, trataba a un niño que me decía que celebró su cumpleaños, pero que estaba triste, porque no hubo niños en su fiesta, solo adultos y que se emborracharon.


En la escuela los maestros acusaban a los padres de trabajar mucho y no asistir a las reuniones ni estar pendiente de sus hijos. Los padres acusaban a los maestros de no comprenderlos. Entonces también identifiqué la desconexión de nosotros como profesionales, para entender a los padres. El hecho de estar en los dos lados, me permitió ver las cosas de forma diferente y me pregunté ¿por qué no podemos educar a los padres?


¿Los problemas pueden ser culturales?

- Muchas cosas pueden ser culturales, por ejemplo, un padre inmigrante quiere trabajar, pagar sus gastos y no puede envolverse en todas las actividades de sus hijos; un padre con un niño con discapacidades no puede entender todas las etapas del desarrollo, o simplemente un padre cría a su hijo como lo criaron a él. Muchos aspectos no estaban claros, ni para los padres, ni para los maestros.


Comencé a educar a los padres y vi los cambios al interior de las familias, cuando los padres eran educados para comprender el desarrollo de los niños, sus necesidades, a desarrollar empatía, más amor propio, queriéndose, cuidándose, comencé a promover la autoestima en los padres, porque no se puede dar lo que no se tiene.


El programa tiene cero tolerancia al abuso y a los castigos físicos y enseña otras alternativas para una disciplina sana, en la que se deja intacta la dignidad del niño. El programa ayuda a que los padres críen a los hijos más independientes. 


Me di cuenta de la necesidad de educar a los padres y no condenarlos. Hacemos lo que hemos aprendido, muchas costumbres son culturales, debemos aprender a entender cuales son las necesidades de los hijos, para desarrollar las destrezas que se necesitan para criar a cada niño, que es único.


Al darme cuenta de tanta necesidad de enseñar, decidí abrir el centro comunitario, precisamente después de la pandemia, cuando comencé a dar clases, perdí familiares y comencé a ayudar por zoom, con grupos de apoyo, que fueron creciendo y pensé: ¿por qué no entrenar a más gente, si soy entrenadora? 


Como tal, he entrenado profesionales para este programa en diferentes partes del estado, de la nación e incluso en Puerto Rico. Ahí nace la idea del CCH, para este programa educativo, ya que damos muchos talleres para la comunidad en las escuelas. Decidí entrenar a otras mujeres. Las personas comenzaron a llegar y luego a dar testimonios de cómo las clases les cambiaron la vida. Esto me ha hecho una persona más sensible, porque he aprendido mucho de mí misma, todo lo que he podido enseñar a los padres ha sido fenomenal.


El centro es relativamente nuevo. La primera clase la dictamos en el 2023 y ahora acabamos de terminar la segunda clase el sábado 13 de abril. Continuamente ofrecemos talleres para que la gente continúe beneficiándose de los servicios. Hemos apreciado la forma como han mejorado las relaciones intrafamiliares, por observación y testimonios. El programa tiene una métrica que mide el pensamiento de los padres, antes y después de tomar el curso. Se ver el cambio de mentalidad, especialmente a la hora de implementar disciplina. Los padres están convencidos de que golpes y castigos. no son aceptados en la enseñanza con cariño.


¿Por qué es importante atender la salud mental para los latinos?

- Por varias razones. Enfrentan muchos desafíos, que son únicos, barreras de idioma, diferencias culturales, el estrés de la aculturación, el impacto de emigrar, fr hacer cambios y ajustes a un nuevo país, es difícil y esto puede contribuir a mayor incidencia de estrés, ansiedad, depresión y otros problemas de salud mental, que a veces la comunidad no puede reconocer, porque hay un estigma bastante significativo cuando las familias expresan el deseo de buscar ayuda para la salud mental.


Debemos superar ese estigma educando a la comunidad, porque muchas veces las personas piensan que la salud mental es para personas que están locas. La salud mental nos ayuda a todos, el estigma puede evitar que las personas busquen el apoyo que necesitan, por eso es importante ofrecer servicios psicológicos culturalmente sensibles.


Hay mucho trauma generacional transmitido de padres a hijos, hay bastantes dificultades como el ajustarse y asimilarse a una nueva cultura. Los niños cuando van a la escuela se adaptan más rápido al compartir con otros niños. Surge un desapego entre padres e hijos, porque los hijos aprenden el idioma y el sistema, se adaptan al nuevo sistema y los padre no, entonces surge una brecha generacional y en la relación entre padres e hijos, el padre no comprende lo que necesita el hijo y el hijo no comprende por que sus padres le exigen.


¿Los servicios para salud mental que ofrece la ciudad son suficientes?

- No, por muchas razones. Hay muchas líneas gratuitas de abuso, violencia doméstica, etc.,  pero existe una gran barrera de la misma comunidad, porque no está informada sobre a donde llamar, como buscar ayuda y especialmente después de la pandemia, los servicios de salud mental se han saturado tanto, que no hay personal suficiente y de especialistas en salud mental, aunque hay más personas interesadas en utilizar esos servicios, hay una deficiencia. Ojalá más personas quieran estudiar esta carrera. Por estas razones, entre otras, la comunidad no ha podido beneficiarse de todos estos servicios.


Un mensaje final

Hay una gran necesidad y nosotros como comunidad latina, necesitamos educarnos mejor para poder comprender a nuestros niños. Creo firmemente que  la familia es una sociedad en miniatura y los cambios se deben hacer desde el hogar. Creo en los servicios preventivos y este es uno de los grandes servicios preventivos que tenemos para ayudar a la comunidad. Lo más importante del programa es nutrir a la familia, mejorar las relaciones entre padres e hijos, entre todos los miembros del hogar. para evitar la violencia doméstica y el abuso infantil.


La entrevista original fue publicada en el semanario Impacto Latino de Nueva York en mayo del 2024.

(917) 597-3821


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