En la historia de América Latina hay varios líderes espirituales que han defendido y liderado causas en favor de los menos privilegiados, por lo cual además tienen un lugar especial en el corazón del pueblo.
Uno de ellos es Monseñor Alberto Luna Tobar, que entre otras cosas fue padrino del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, del cual hemos escuchado mucho últimamente, por el protagonismo que tiene como grupo emergente de la nueva izquierda latinoamericana, a raíz de sus triunfos en las Elecciones Generales de Ecuador.
Hace cuatro años con ocasión de su fallecimiento publiqué una nota en homenaje a Monseñor Alberto Luna. Aprovecho el contexto para reproducir la nota publicada en febrero del 2017 en el semanario Impacto Latino de Nueva York.
Despedida a Monseñor Luna, defensor de los indígenas, los pobres y marginados del Ecuador
“Me traicionaría a mi mismo si no denunciara las injusticias. No creo que he sido violento, sino muy fuerte en decir las cosas. Tampoco tengo miedo.”
Monseñor Luis Alberto Luna Tobar
Por Ximena Hidalgo-Ayala
El 7 de febrero del 2017 a los noventa y tres años, Monseñor Luis Alberto Luna Tobar expiró su último aliento en la Casa Sagrado Corazón de Jesús del barrio La Armenia, ubicado en el valle de Los Chillos, a las afueras de la capital ecuatoriana.
Fue en esa misma casa de retiro, fundada en 1981, donde entregó su alma otro de los grandes líderes espirituales y defensores de los indígenas, Mons. Leonidas Proaño, Arzobispo de Riobamba. Son parte de ese grupo muy especial, profundamente comprometido con las causas en favor de los más desprotegidos.
CONCEJERO DE PODEROSOS
Tuve el gran honor de conocer personalmente a Mons. Luis Alberto Luna Tobar, cuando como Jefe Administrativa de la Fundación El Comercio presencié la bendición que hizo de la flamante organización. Mons. Luna era confesor y consejero de las hermanas Mantilla, propietarias del periódico fundado en 1906 por sus abuelos. Efectivamente Mons. Luna fue consejero de ministros, presidentes y amigo de las más ilustres personalidades ecuatorianas, pero siempre tomó el lado de los pobres para defender sus derechos.
DEL AMAZONAS A ESPAÑA
Su historia es parecida a la de San Antonio de Padua, siendo hijos de familias pudientes, consagraron su vida al servicio espiritual. Nació en Quito el 15 de diciembre de 1923 en el seno de una pudiente familia conservadora, su padre incluso donó terrenos a la Orden Carmelita. De joven viajó a Sucumbíos, para unirse a la Orden Carmelita. Viajó a Burgos, España y fue seminarista durante la Guerra Civil Española, donde sirvió como camillero. Convencido de que podía salvar vidas llegó a donar doscientas dieciséis pintas de sangre, poniendo en riesgo su salud. “Comíamos dos hojas de lechuga y una sardina al día entre mucha gente”, contaba a sus alumnos. Además fue torero, boy scout y sacerdote.
PRIMER CARMELITA ECUATORIANO
Después de estudiar en la España de postguerra civil (1936 - 1939) en 1946 se ordenó como el primer sacerdote de la Orden Carmelita en Ecuador. Tuvo un muy especial carisma y un profundo sentimiento de misericordia y compasión, su compromiso fue siempre con los más pobres.
EXPERIENCIA COMO INMIGRANTE
Como inmigrante supo lo que eran la pobreza y el hambre, incluso había decidido regresar a Quito y abandonar la vida religiosa. Retornó a su país y encontró en las comunidades rurales sufrimiento, abandono y explotación. Mons. Luna ayudó a más de 5.600 personas y formó cuarenta y seis microempresas para construir casas para los pobres. Participó en marchas y manifestaciones. En 1993 su lucha en favor de los pobres cobró fuerza.
TAMBIÉN TUVO DETRACTORES
Le recordamos valorando su trabajo consagrado a la defensa de los marginados, por lo que fue reconocido en todo el país. Sus ideales de justicia e igualdad y sus luchas, le ganaron detractores quienes le llamaban “cura rojo”, peyorativo usado para calificar de comunistas a sacerdotes solidarios con las causas sociales. Apoyó las manifestaciones populares desde su posición como ciudadano y su ideología se basaba en el amor a Dios, que es el amor al prójimo.
SER HUMANO EJEMPLAR
Como pastor, defensor, articulista de opinión, profesor universitario, nunca se quedó al margen del servicio a su patria. Aún retirado presidió la Comisión Especial de Investigación de la Deuda Externa; formó parte de la Comisión de la Verdad, que recopiló e investigó casos de violaciones a los Derechos Humanos ocurridos desde 1984. Su vida estuvo dedicada a la formación y la reflexión, inspiradas por el mensaje cristiano en América Latina, siempre creyó en el diálogo de la fe y la razón.
Su vida, que fue ejemplo y testimonio del mensaje de entrega y servicio a los desamparados, ahora es parte de la riqueza espiritual del pueblo ecuatoriano, que en estos momentos enfrenta una gran crisis producto de la corrupción, generada en la codicia individual.
Artículo publicado en el semanario Impacto Latino de Nueva York, febrero 17, 2017
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Portada de una de las obras más recientemente publicadas en homenaje a Monseñor Alberto Luna Tobar, por la Universidad Politécnica Saleciana (2020).
Para leerla haga click en la imagen
Nota reproducida gracias al Comité Internacional Galo Plaza Inc.
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